Los problemas de salud mental están distribuidos en la población general sin ningún tipo de diferencia o característica específica; esto quiere decir, que cualquier persona puede vivir con ansiedad, con depresión con ideas suicidas, etc. Por ello, es muy importante que podamos reconocer quienes en nuestro entorno podrían estar sufriendo y necesitar ayuda.
Esto, incluye, definitivamente, a niños, niñas y adolescentes también. Quizá podríamos asumir que los/las más pequeños de la casa “no tendrían por qué tener problemas de salud mental pues están muy chicos aún”, sin embargo, muchos problemas que se arrastran hasta la vida adulta, inician justamente en la infancia.
Por ello, y sabiendo que la ansiedad es un diagnóstico muy común, presta atención a los siguientes tres síntomas que podrían indicar algún trastorno de ansiedad:
1. Evita a sus amigos y/o actividades
Esto podría deberse a muchos factores (vergüenza, bullying, dificultades para socializar, etc.); no obstante, sea cual sea la razón, es importante indagar en qué está sucediendo en la escuela o barrio.
2. No se siente reconfortado/a con las atenciones y mimos de los padres
Toma mucha atención a esto, pues podría indicar que ha sufrido de algún tipo de experiencia desagradable o maltrato, lo cual puede generar, definitivamente, ansiedad también.
3. Evidentemente retraído y reacio a relacionarse con otros
Si observas esto, no lo/la juzgues o fuerces a que haga algo social, más bien, trata de indagar en qué es lo que sucede y por qué está retraído/a.