Redes sociales, páginas web, apps… nuestro mundo ha dado un giro muy importante hacia el espacio virtual. El día de hoy, es fácil seguir cuentas de personas desconocidas, dándoles “me gusta” y compartiendo todo aquello que aparece en el momento mismo que lo hace.
El problema es que, la ansiedad y la depresión también se esparcen de manera vertiginosa, y parece que nadie trabaja en la prevención de que esto suceda. Instagram, en particular, ha sido mencionada como una de las “peores apps” para la salud mental de las personas debido a las expectativas irreales que produce en las personas. Imágenes con filtros que se encargan de “embellecer” lo “ya bello” o cantidad de seguidores… son muchas las formas en las que se puede ir en contra de la salud mental.
¿Cómo combatir esto?
- Considera cuál es tu nivel de motivación si decides seguir “cuentas aspiracionales”.
¿Realmente vas a hacer todo lo que se plantea? ¿No te sentirás mal de no poder hacerlo?
- Reporta imágenes que puedan contagiar actos o emociones negativas.
Fotos de intentos de suicidio, auto agresiones, abuso sexual, drogas, alcohol o incluso problemas de alimentación. No sigas estas páginas, repórtalas.
- Sigue cuentas que te hagan sentir bien.
No todo es negativo. Por ello, dedícate a seguir a aquellas personas que te inspiren cosas positivas y que te alienten a seguir delante de manera saludable.
- Haz que Instagram sea parte de tu recuperación.
Focalízate en lo que puede ayudarte a mejorar y no en aquello que puede dañar tu salud mental o la de otras personas cercanas.
- Haz que tu “feed” tenga diversidad.
No revises una sola temática, trata de tener distintas páginas que te den una idea de la diversidad que existe en la vida real.
- No permitas que te consuma.
Instagram no es una muestra de algo real. Por ello, no permitas que consuma tu tiempo o tu salud mental. No vale la pena.