“13 reasons why” y el suicidio

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Me quiero suicidar… esa es la frase que, probablemente, puede resumir lo que pensaba Hanna Baker.

La serie de Netflix “13 reasons why”, presenta un problema de salud pública que, muchas veces, es mal entendido o mal interpretado: el suicidio. En este caso en particular, el suicidio es presentado en asociación a las experiencias que vive su protagonista, Hanna, en distintos ámbitos de su vida, pero, principalmente, en la escuela a la que asiste regularmente.

Considero que el hecho de que se haya creado una serie con estas características es algo bastante apropiado, presenta a los espectadores una realidad que muchas veces es ignorada o estigmatizada. Este es, posiblemente, el mayor valor que encuentro en “13 reasons why”, además del hecho de que los creadores han comentado, explícitamente, que uno de sus objetivos es ayudar a alguien que se quiere suicidar.

No obstante, me preocupa la percepción que puedan tener las personas, especialmente aquellas que tienen ideación suicida y ven esta serie:

  1. Los comentarios negativos con respecto a Hanna: “drama queen”, “exagerada”, “mala”, etc. Me pregunto si realmente eso es cierto, y, más aún, ¿qué sucede con las personas que se identifican con ella? ¿No es esta una forma más de mostrar insensibilidad ante las personas que sufren?
  2. Las decisiones que Hanna realiza: el suicidio no es un acto, es un proceso dinámico que se expresa de muchas maneras en las personas que lo presentan, una de esas formas, por ejemplo, es por medio de una conducta suicida propiamente dicha. El problema aquí es que podría percibirse que Hanna representa a “una típica suicida adolescente”, justamente por las decisiones que toma. Esto es peligroso. Recordemos que estamos frente a ficción, no a realidad. Además, no existe un prototipo de “típico suicida”, cada proceso es distinto.
  3. “El castigo” de Hanna hacia las personas vinculadas a ella. Este es un tema sensible y difícil de elaborar. No todas las personas suicidas tienen esta percepción con respecto a las personas a su alrededor. Aquí, es posible pensar que ella es “mala” pues “incluso después de muerta quiere que otros sufran”. En la vida real, esto no es cierto, al menos no de esa manera. Considero que esto puede dar la idea equivocada de que las personas suicidas son “malas” o que “deben pagar por lo que hacen”. Este es un tema de gran preocupación.
  4. El morbo. Si bien la serie intenta manejar esto de forma relativamente “estándar”, la escena final de su muerte era innecesaria, especialmente porque ya se había hecho referencia a la manera cómo lo había realizado. ¿Era necesario utilizar esas imágenes? ¿No queda claro, acaso, que ella sufre muchísimo? ¿La sangre en la bañera “ratifica” esto?

En conclusión, a pesar de que la serie muestra una realidad que debe ser mostrada, considero que la manera cómo esto se realiza podría, en algunos casos, invitar a juicios valorativos de aquellos que no piensan en el suicidio; y, en quienes lo hacen, podría dar la idea equivocada de que todos los juzgarán o que nunca obtendrán ayuda. Esto es falso y preocupante.

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