Un sobreviviente es una persona que ha perdido a alguien significativo, sea familia, amigo/a o pareja, debido a suicidio.
Al igual que en cualquier muerte, los sobrevivientes experimentan, de distintas maneras, el duelo a raíz de la pérdida. No obstante, la muerte por suicidio complejiza este proceso debido a un componente que la mayoría de muertes no tiene: el estigma; este hace que las personas sientan vergüenza, temor a la desaprobación, desconfianza, entre otros.
Por ello, el trabajo en prevención del suicidio se extiende también al apoyo a los dolientes, brindándoles las herramientas necesarias para que puedan afrontar la pérdida y todas las fantasías, temores y resistencias que puedan tener como consecuencia del estigma social. La labor más importante, es, sin duda, empoderarlos para hablar abiertamente de lo sucedido sin temor a lo que otras personas puedan opinar.