Ayudar a alguien que se quiera suicidar es más sencillo de lo que parece, sólo debes cumplir con dos requisitos:
- Tener ganas de ayudar.
- Saber a qué signos tomarle importancia para poder escuchar a la persona y derivarla con un especialista.
Al hacer esto, no sólo estarás realizando prevención del suicidio, sino que, además, estarás dándole a la persona un espacio psicológico muy importante, en el cual la empatía, la ayuda desinteresada y la confianza son muy importantes.
¿Qué signos deben ser tomados en consideración?
- Cambios en el estado de ánimo, especialmente tristeza, irritabilidad o indiferencia.
- Ansiedad remarcada o agitación inusual.
- Comunicaciones en las que la idea de la muerte inesperada, en cualquiera de sus formas, aparezca (“el día que ya no esté”, “cuando todo haya terminado”, etc).
- La búsqueda de ayuda. En este punto, la persona puede estar tratando de comunicar lo que piensa, pero quizás lo haga de manera indirecta o ambigua debido a temor o vergüenza. De ser así, hay que darle la confianza necesaria para que exprese lo que necesita expresar.
- Abuso de medicación o sustancia tóxicas.
- Desesperanza y apatía hacia la vida y las cosas que antes le gustaban.
- Necesidad de “finalizar” cosas: (testamento, pago de deudas, etc).
- Cambios notables en los hábitos de sueño.
- Presencia de armas, medicación u otro tipo de utensilio potencialmente dañino.
- Presencia de intentos previos de suicidio. En la prevención del suicidio y las ganas de ayudar a alguien que se quiere suicidar, es muy importante saber si ha habido algún intento en el pasado, de ser así, es necesario considerar esto como un factor de riesgo.