El tratamiento clínico de la conducta suicida es distinto al que se ofrece debido a otros diagnósticos. Es necesario comprender la complejidad del caso y la urgencia de tomar decisiones bajo presión si es que las circunstancias lo ameritan.
No todas las personas que ofrecen psicoterapia están necesariamente preparadas para atender a personas suicidas; el balance emocional, la empatía y el abordaje propiamente dicho, exigen del profesional dedicación y observación especial.
La suicidología y psicología contemporánea nos brindan información útil al respecto. Por ello, presentamos aquí 4 pasos indispensables en el tratamiento de pacientes suicidas que todo psicoterapeuta debe conocer:
- La seguridad emocional del profesional debe estar garantizada.
Si el profesional no se encuentra seguro o emocionalmente preparado para atender este tipo de casos, es conveniente que pueda realizar una derivación de manera apropiada. No es un error o un fracaso profesional el hacer esto.
- Se debe presentar un contrato psicológico.
Este debe ser aceptado y firmado al iniciar el proceso, de no ser así, no es adecuado iniciar con el tratamiento.
- Las comunicaciones suicidas no pueden mantenerse “en secreto”.
Estos casos permiten hacer una excepción a la regla de confidencialidad con el objetivo de ayudar a la persona. No existe incompatibilidad legal al respecto.
- La familia debe estar involucrada en el proceso.
No es aconsejable atender pacientes suicidas sin el apoyo de la familia o personas cercanas, Se necesita un aliado terapéutico para afianzar la mejoría.