Muchas veces crecemos escuchando comentarios de las personas que nos quieren, como familia y amigos, cuyo objetivo es “hacernos sentir mejor” o “decirnos qué hacer para sentirnos mejor”.
Estos comentarios suelen ser “inofensivos” para quienes lo dicen, pero pueden generar síntomas de ansiedad y depresión en quienes los escuchan. Por ello, la terapia y la prevención del suicidio deben también focalizarse en la dinámica familiar cercana y en aquellas cosas que se pueden haber dicho en la niñez y que repercuten en el presente.
Algunos de esos comentarios pueden ser:
- “Hay tantas personas que la pasan peor que tú”
No es aconsejable “comparar” el sufrimiento de las personas, cada uno vive su dolor de manera subjetiva y personal.
- “¿Por qué no puedes ser más como tu hermano / hermana?”
Esta comparación es absolutamente negativa y no recomendada en caso alguno. Cada integrante de la familia es distinto y eso se debe respetar.
- “Tienes que esforzarte más”
Es adecuado motivar a las personas a mejorar, no obstante, es más empático y efectivo plantear esto como una sugerencia, ofreciendo ayuda, y no como una demanda o imposición.
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